Aproximadamente una de cada 250 personas es celíaca, es decir, no tolera el gluten. El gluten es un proteína que se encuentra en algunos cereales. Los celíacos nacen con una predisposición genética, pero también los factores externos influyen en la enfermedad. Por ello, este trastorno puede aparecer en cualquier momento de la vida, si bien su manifestación es más frecuente en los primeros diez años y entre los 30 y los 40.

El único diagnóstico inequívoco se realiza a través de una biopsia de intestino, prueba indolora aunque molesta. En algunos casos la enfermedad es asintomática, pero normalmente cursa con cansancio, diarrea, dilatación del vientre y estancamiento del desarrollo. Una vez que se ha diagnosticado, es necesario seguir una dieta estricta: legumbres, carne, pescado, huevos, fruta, verduras, hortalizas y cereales sin gluten (arroz y maíz).

Se deben evitar todos los productos elaborados y envasados que no lleven el símbolo de estar libres de gluten (una espiga entre dos barras dentro de un círculo).